Los despachos andinos, también conocidos como ofrendas o mesas andinas, son ceremonias rituales de intercambio que se fundamentan en una milenaria tradición transmitida de voz en voz a lo largo de generaciones. Estas ofrendas ancestrales son ceremonias increíblemente poderosas, capaces de movilizar vastas corrientes de energía vital, pero al mismo tiempo, son humildes y sencillas, adornadas con una belleza emocional, sensorial y espiritual sin par.

Nacidas de diversas tradiciones andinas, cada una con formas, colores y objetos únicos que las componen. Estos elementos son alimento para los seres espirituales a quienes dedicamos la ceremonia, constituyendo verdaderos "regalos y peticiones a la vida", donde se disponen diferentes manjares de manera simbólica, representando un profundo Ayni (la ley de la reciprocidad cósmica) que honra las fuerzas de la naturaleza.

Son construcciones metafísicas de gran poder, donde colocamos e intencionamos lo mejor de nosotros mismos.

La sabiduría andina sobre estas ofrendas es clara: el despacho encierra fuerza vital (kallpa) y es, en esencia, un formidable Kawsay (energía viviente) que cobra vida propia. Se suelen crear como una expresión de ofrenda y gratitud, y también se utilizan para sanar situaciones específicas, con propósitos concretos como recuperar la fuerza vital, encontrar empleo, expresar gratitud a los ancestros, servir como instrumentos de curación, fomentar la abundancia y expandir nuestras posibilidades, entre infinitas opciones más.

Conectaremos con las fuerzas vivas de los lugares que nos vieron nacer y donde habitamos, así como con los distintos seres que cohabitan las diversas pachas (espacio y tiempo). Rezaremos, entonaremos cantos, agradeceremos y pediremos con el corazón.

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